Cine Adictos

POR IRMA MARIANA GUTIÉRREZ MORALES *

El código enigma (The Imitation Game, EU, 2014), se basa en la obra biográfica deAlan Turing The Enigma, escrita por el matemático Andrew Hodges. Clasificada como biopic, largometraje bélico y thriller, muestra cómo la guerra y la homosexualidad fueron determinantes en los afanes y en el destino del científico británico.

Se desarrolla en tres periodos: el presente (1950), con Alan Turing siendo investigado por la policía británica debido a su homosexualidad (recuérdese que en la Inglaterra de la primera mitad del siglo XX esta preferencia era considerada un delito); el pasado (década de 1920), con el recuerdo de Alan Turing siendo adolescente, mientras experimenta la transición de la amistad al enamora-miento con su compañero de internado y protector, Christopher Morcom.

Posteriormente (1939) en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, con las peripecias de Turing y un equipo de expertos del servicio secreto inglés, decididos a descifrar el código de las máquinas “Enigma”, empleadas por el ejército nazi para sus comunicaciones.

El mayor peso de la historia transcurre precisamente en lo ocurrido en 1939, cuando la corona inglesa reclutó a un conjunto de matemáticos, académicos, criptógrafos, lingüistas y campeones de ajedrez para desarrollar una guerra alterna a la que se sostenía con armas en los frentes militares: una guerra matemática.

La misión de este equipo era desentrañar los misterios de “Enigma”, una máquina que encriptaba los operativos de guerra alemanes y cuyos códigos se consideraba imposible de descifrar.

En este contexto emerge un nervioso y poco sociable Turing (Benedict Cumber-batch), quien, a diferencia del resto de sus compañeros, creía firmemente que sólo una máquina podía derrotar a otra máquina.

Sin dudarlo un segundo, Turing se empeña en construir a “Christopher”, el aparato que combatiría a “Enigma”, no sin antes afrontar sospechas de espionaje, desencuentros con los demás integrantes del equipo, la desconfianza inquisidora del comandante Denniston, al mando de la operación, y un compromiso de matrimonio negociado con Joan Clarke (Keira Knightley). Todo ello con el costo social de ser “diferente” como sustrato.

Si bien se ha documentado una serie de imprecisiones históricas en la película, es posible conceder que se realizan en pro del drama fílmico, del cual surge una atmósfera deleitable de suspenso y empatía con el protagonista. Por ejemplo, en lugar de un alegre, abierto y sociable Alan Turing, como lo fue en realidad, tenemos a un genio inquieto, solitario, sin sentido del humor y, en ocasiones, hasta petulante.

No obstante, a pesar de la poca fidelidad en el retrato del matemático y en algunas anécdotas presentes en el filme, la impecable construcción del guion permite que el espectador enlace los distintos personajes, acciones y escenarios de manera natural y efectiva. Nada se percibe superfluo ni fuera de lugar.

El código enigma sí hace justicia a la verdad simbólica, pues expone y remarca la trascendencia de quien hoy es considerado el padre de las ciencias de la computación y de la inteligencia artificial.

Para los entendidos en temas matemáticos y tecnológicos, no sólo resulta interesante remontarse al proceso que dio origen a los ancestros de nuestras actuales computadoras, sino entender que la revolución digital que hoy vivimos es producto de la concatenación de condiciones económicas, políticas y sociales específicas y, tristemente, también es producto de la más dolorosa conflagración bélica que haya conocido la humanidad.

Quizás aún más importante sea la crítica social que nos presenta El código enigma, desde el punto de vista de los derechos ganados por los movimientos de la diversidad sexual. Resulta ofensivo el pago con el que el gobierno inglés reconoció el trabajo de Turing: la castración química luego de ser condenado por indecencia grave a causa de sus preferencias sexuales.

Eran otros tiempos, sí, pero someter al oprobio a quien fuera artífice de la victoria de los aliados en la Guerra Mundial obliga necesariamente a una profunda reflexión sobre las injusticias y las vilezas sociales.

La máquina “Bombe” de Turing (“Christopher”, en la película) había logrado acortar la guerra en dos años y evitó la muerte de más de 14 millones de personas, pero sin reconocimiento alguno y luego de un año de recibir el tratamiento hormonal al que lo había condenado el gobierno inglés por su homosexualidad, Alan Turing decidió quitarse la vida.

Entre 2014 y 2015 El código enigma recibió 38 nominaciones y diferentes premios en festivales cinematográficos, incluido un Oscar para Graham Moore, por Mejor Guion Adaptado. Impecables la dirección del noruego Morten Tyldum, la banda sonora de Alexandre Desplat, así como el trabajo actoral de Benedict Cumberbatch, en el rol principal, y Keira Knightley, como actriz de reparto.

* Irma Mariana Gutiérrez Morales es Doctora en Ciencias Políticas y Sociales. Profesora de las licenciaturas en Pedagogía y Comunicación en la FES Acatlán.
Esta colaboración se publicó de manera impresa en marzo de 2020, edición 188 del boletín informativo CineAdictos, de la Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán.
Categoría(s): DE RODAJE EN RODAJE

Bienvenida

CineAdictos, publicación periódica de la Coordinación de Difusión Cultural, nació en noviembre de 2000. Incluye reseñas de películas, trayectorias de actores, directores, críticas, comentarios sobre los principales festivales, entrevistas, avances técnicos y aspectos de los distintos géneros cinematográficos. El material impreso se distribuye entre la comunidad de la FES Acatlán; a partir del semestre 2015-II extiende sus alcances con el blog de CineAdictos. Espacio abierto a los interesados en la divulgación del séptimo arte.

Calendario de Publicaciones

marzo 2020
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
3031  

Categorías

Hecho en México, todos los derechos reservados 2024. Esta página puede ser reproducida con fines no lucrativos, siempre y cuando no se mutile, se cite la fuente completa y su dirección electrónica. De otra forma, requiere permiso previo por escrito de la institución.

El contenido aquí expuesto no necesariamente refleja la opinión de la institución, y es responsabilidad exclusiva del administrador del blog.